Despídete, no tienes que huir,
la lluvia ya limpió el alma
de aquel que con la misma
tanto te acariciaba.
Ven y sanemos esto,
bésame y curemos esto,
ya no te escabullas
por las palabras de dolor,
ya no huyas, puedes abrazarme,
abrázame, despídete, vete.
Recuérdame, no tienes que
sacarme de allí, donde
descansé de mis batallas,
donde sané mis errores,
allí donde me amaste, no,
recuérdame en tu corazón.
No tienes que asesinarme,
ya dolió y fue suficiente,
llévame donde vayas,
despídete, vete y recuérdame.
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